Así que saqué la manga pastelera y ¡me puse manos a la obra!
Con un departamento para dejarle un mensajito especial.
Lo más difícil de todo fue conseguir la pareja de novios para poner en todo lo alto.
Y una vez encontrados, hubo que hacer sesión de peluquería con la novia, que era de un rubio platino nada parecido a la novia original.¡Pero por fin estaba todo listo!
Un buen envoltorio y ¡rumbo a Santander!
¡Enhorabuena Carmen!
¡Que seas muy feliz!